Ya repuestos, al día siguiente y en manos de un guía pirata, (los titulados estaban todos ocupados) nos dirigimos en taxi a ver la Medina y las Curtidurías del cuero, desde la terraza de un edificio al que nos hace subir el guía, hay una vista extraordinaria de las inmundas pozas donde se curte, decolora y tiñe el cuero, casualmente el edificio donde estamos es una tienda donde se venden toda clase de artículos de ese material. Manifiesto mi interés por encontrar una cazadora tipo pelliza, y ante mi sorpresa me colocan lo primero que encuentran y vienen con una señora para que en el momento me corte las mangas y me la ponga a medida, inclusive si la quería de otro color me la teñían en unas horas, todo eso sin saber el precio. Cuando me lo dicen, casi se me para el reloj, ! pero si a ese precio las hay en el Corte Inglés !, ! si, pero no cuero bueno ese es de los Chinos y además aquí se fabrica con mucho sacrificio y vive mucha gente de ello !. Por unas centésimas de segundo, mi sensibilidad se vio afectada, pero como soy un roñoso reaccione a tiempo y me escape de allí ante las airadas protestas, no quise ni intentar regatear.
Pero uno es humano y al final entré por el aro y me deje engañar con unas cremas y potingues que me habían encargado. Los Vesperdidos demostraron su humanidad pagando un huevo por unos pañuelos hechos con hilo de cactus, Guillermo nos llevó a una tienda de Chilabas y para entonces ya se le había acabado el resto de humanidad, porque a pesar de las ganas y los consiguientes regateos y pruebas no se llevó ninguna. Para siguientes ediciones, ya sabemos que de lo primero que hay que huir, es de los guías, mira que le manifestamos que queríamos comer en un bar, comida marroquí corriente. Pues nos llevó a un restaurante para turistas, compartimos sitio con unos alemanes y como es lógico nos crujieron bien.
Como hasta Khenifra que era donde habíamos cogido hotel "solo había unos 150 Km" no nos dimos prisa, disfrutamos de la sobremesa y le dimos tiempo al clima para que se jodiera de nuevo, justo cuando salimos del Parking del Hotel, todo el día hizo bueno y ahora, a llover, no obstante la ruta trascurre por zona montañosa y es muy bonita, a la altura de Ifrane he visto en el mapa que la carretera pasa por un bosque de Cedros y voy expectante ya que estamos viendo unas imágenes de Marruecos muy diferentes de lo que pensábamos, muy parecido a Asturias (lluvia incluida), debemos de ir altos, porque además del frío, vemos que a la entrada y a la salida de los pueblos, hay unas barreras para cortar la carretera en caso de nevadas, pero se echa otra vez la noche encima, pasamos por el bosque de Cedros y lo único que veo es el cartel que lo anuncia, ya que la penumbra impide ya ver el paisaje, a los lados de la carretera se empieza a ver la nieve, esta zona debe ser el lugar donde pasan las vacaciones los Marroquíes adinerados, también había algún palacio de la Familia Real Marroquí, nuestros faros volvieron a ser los reyes de la carretera, pero eso no evitó de que en un cruce nos fuéramos por otro lado, y es que la pintura reflectante aquí no existe y los carteles, como no los apuntes con el faro pasas y no los ves, así que cuando nos dimos cuenta, pues vuelta atrás y a buscar el cruce para coger el camino correcto, a esas alturas llevo los pies, que un muerto que lleva 5 años enterrado los tiene más calientes que Yo, menos mal que la moto de mi hijo mayor parece que aguanta, no va perfecta, pero para la velocidad a la que se puede ir, va bien.
Llegamos al hotel escoltados por la Policía, con los rotativos puestos, estaban aburridos y nos guiaron hasta las puertas. Qué buena pinta tiene el hotel, en el aparcamiento hay aparcados una excursión de Todo Terrenos, por la cantidad de barro que llevan han debido disfrutar de lo lindo, este país es un paraíso, aquí no hay prohibiciones, ni Sepronas, entre ellos dejamos nuestras Vespas, que a estas alturas han adquirido ya una patina marronacea, y nos deslizamos al placer del agua caliente, cuando bajo de la habitación veo a los Vesperdidos degustando unas cervezas, nos van a dar de cenar y aunque la cocina está cerrada, llaman a personal que vive cerca para que nos hagan y sirvan la cena. Esto es vida.
