Con el tiempo, llega un momento en el que uno termina teniendo Vespas de todo tipo. En mi caso me han ido llegando de diferentes formas, nunca he perseguido la compra de ningún modelo en particular, simplemente me pongo a desear fervientemente la posesión de determinado modelo y la providencia me lo termina facilitando, unas veces como algo casual y otras veces de la mano de amigos.
Este fue el caso de mi Vespacar, ya llevaba tiempo deseando tenerlo, me acuerdo que en la Vespaniada de Castellón, quedé prendado de uno que el Vespa Club de Castellón tiene en sus locales (en espera de restauración). Pero pasó el tiempo, hasta que un día ....Oye Tubarro....dime José....he localizado un Vespacar en un desguace de mi pueblo, y tu que tienes sitio te podías quedar con él, si yo tuviera donde meterlo me lo quedaba, pero ya llegará la ocasión.
Bueno, como ya he mencionado al principio, la providencia otra vez ha hecho que todo me venga rodado, (nunca mejor dicho) además contaba con la inestimable ayuda de José (Vespajo) para cargarlo en el remolque y traérnoslo. Como a todo en esta vida hay que encontrarle una utilidad, pensé que sería muy valioso para realizar una prueba de amor incondicional.
Me explicaré, resulta que por esa época estaba empezando a salir con una chica de una ciudad que se llama Aranjuez (supongo que os suena), las mujeres por lo general son bastante comprensivas con las aficiones de sus parejas. A mi reciente “amiga” la había hecho ya la prueba del “sidecar”, y había salido airosa de ella, pero si quería tener la absoluta seguridad de que me seguiría a cualquier parte del mundo, tenía en mis manos la herramienta definitiva para averiguar aquello por lo que más de uno hubiera vendido su alma para saberlo.
La señora del desguace contaba los billetes, y la mueca de su cara mostraba la satisfacción de haber encontrado un primo que pago lo que pidió sin un regateo, ella no sabía de la potencialidad del uso de semejante talabarte………¿Que es un Vespacar? ….pues verás, es un motocarro, pero es el Shangri-La, de los aficionados a las Vespas ….pero está muy oxidado ¡! Y encima de la caja.. ¿Qué lleva … Oh. , eso es un soporte para un altavoz, se conoce que lo utilizaban para la venta ambulante…. Pues no comprendo que teniendo un Cadillac, busques este aparato, que parece el coche de Mister Bean…… Hummmmm, la cosa no empezaba bien, seguro que según empecemos a trabajar en él cambiará de opinión y vera las maravillas mecánicas que este humilde motocarro encierra en su interior.
Ha pasado el tiempo y ahora que estoy en la Plaza del Ayuntamiento de Aranjuez esperando que empiece la excursión, me acuerdo de la señora del desguace, nunca sabrá lo barato que me lo vendió. Hasta llegar aquí, hay unos cuantos meses, de fines de semana compartidos, desmontando, limpiando, puliendo y viviendo, miro a mi derecha y me doy cuenta que la persona que me acompaña va tan emocionada como yo.
Este fue el caso de mi Vespacar, ya llevaba tiempo deseando tenerlo, me acuerdo que en la Vespaniada de Castellón, quedé prendado de uno que el Vespa Club de Castellón tiene en sus locales (en espera de restauración). Pero pasó el tiempo, hasta que un día ....Oye Tubarro....dime José....he localizado un Vespacar en un desguace de mi pueblo, y tu que tienes sitio te podías quedar con él, si yo tuviera donde meterlo me lo quedaba, pero ya llegará la ocasión.
Bueno, como ya he mencionado al principio, la providencia otra vez ha hecho que todo me venga rodado, (nunca mejor dicho) además contaba con la inestimable ayuda de José (Vespajo) para cargarlo en el remolque y traérnoslo. Como a todo en esta vida hay que encontrarle una utilidad, pensé que sería muy valioso para realizar una prueba de amor incondicional.
Me explicaré, resulta que por esa época estaba empezando a salir con una chica de una ciudad que se llama Aranjuez (supongo que os suena), las mujeres por lo general son bastante comprensivas con las aficiones de sus parejas. A mi reciente “amiga” la había hecho ya la prueba del “sidecar”, y había salido airosa de ella, pero si quería tener la absoluta seguridad de que me seguiría a cualquier parte del mundo, tenía en mis manos la herramienta definitiva para averiguar aquello por lo que más de uno hubiera vendido su alma para saberlo.
La señora del desguace contaba los billetes, y la mueca de su cara mostraba la satisfacción de haber encontrado un primo que pago lo que pidió sin un regateo, ella no sabía de la potencialidad del uso de semejante talabarte………¿Que es un Vespacar? ….pues verás, es un motocarro, pero es el Shangri-La, de los aficionados a las Vespas ….pero está muy oxidado ¡! Y encima de la caja.. ¿Qué lleva … Oh. , eso es un soporte para un altavoz, se conoce que lo utilizaban para la venta ambulante…. Pues no comprendo que teniendo un Cadillac, busques este aparato, que parece el coche de Mister Bean…… Hummmmm, la cosa no empezaba bien, seguro que según empecemos a trabajar en él cambiará de opinión y vera las maravillas mecánicas que este humilde motocarro encierra en su interior.
Ha pasado el tiempo y ahora que estoy en la Plaza del Ayuntamiento de Aranjuez esperando que empiece la excursión, me acuerdo de la señora del desguace, nunca sabrá lo barato que me lo vendió. Hasta llegar aquí, hay unos cuantos meses, de fines de semana compartidos, desmontando, limpiando, puliendo y viviendo, miro a mi derecha y me doy cuenta que la persona que me acompaña va tan emocionada como yo.