Érase un tonto al que se le ocurrió cambiar una BMW K1100 por una Yamaha T-max. No sería algo extraño de haber ocurrido en otra época del año, pero se le ocurrió quedar con el susodicho dueño de la T-max, natural de Cuenca, en Teruel, tal día como hoy 3 de febrero de 2012, en pleno temporal invernal.
Pero no queda ahí la cosa cuando a otra tonta se le ocurre decir: "ah, pues te acompaño". Y así dos tontos muy tontos salieron de Zaragoza con un viento infernal, ocupando ambos carriles de la autovía porque uno sólo se quedaba pequeño. Debido a esas fuertes rachas de viento deciden dejar la autovía y continuar por la carretera, ocupando igualmente ambos carriles, y como pueden apreciar mayor peligro sobre todo al observar a los camiones de frente y no conseguir llevar la moto a su carril, deciden ante la visible catástrofe que se avecina regresar a la autovía ya que al menos todos van en la misma dirección .
Congelados llegan a Teruel, donde la temperatura sigue en negativo. Y ahora vuelta con la T-max, parando en Calamocha ante la inminente amenaza de amputación de dedos y observando en el termómetro la temperatura de -9 grados centígrados. Tras tomar un pozal de Cola Cao continúan con una sopa de cebolla, y la que suscribe decide a su vez zamparse un vaso de vino tinto para llevar mejor las penas venideras. Y así ocurrió:
Yo: un vaso de vino por favor
Camarera: ¿de la casa?
Yo: el más fuerte que tengas
Y así continúan hasta Zaragoza bautizando la experiencia como la película: dos tontos muy tontos, porque mejor definición creo que no puede darse...
Pero no queda ahí la cosa cuando a otra tonta se le ocurre decir: "ah, pues te acompaño". Y así dos tontos muy tontos salieron de Zaragoza con un viento infernal, ocupando ambos carriles de la autovía porque uno sólo se quedaba pequeño. Debido a esas fuertes rachas de viento deciden dejar la autovía y continuar por la carretera, ocupando igualmente ambos carriles, y como pueden apreciar mayor peligro sobre todo al observar a los camiones de frente y no conseguir llevar la moto a su carril, deciden ante la visible catástrofe que se avecina regresar a la autovía ya que al menos todos van en la misma dirección .
Congelados llegan a Teruel, donde la temperatura sigue en negativo. Y ahora vuelta con la T-max, parando en Calamocha ante la inminente amenaza de amputación de dedos y observando en el termómetro la temperatura de -9 grados centígrados. Tras tomar un pozal de Cola Cao continúan con una sopa de cebolla, y la que suscribe decide a su vez zamparse un vaso de vino tinto para llevar mejor las penas venideras. Y así ocurrió:
Yo: un vaso de vino por favor
Camarera: ¿de la casa?
Yo: el más fuerte que tengas
Y así continúan hasta Zaragoza bautizando la experiencia como la película: dos tontos muy tontos, porque mejor definición creo que no puede darse...