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Era una asignatura pendiente la de escribir el relato del primer Eurovespa al que asistí. Aquí os lo dejo por si os apetece leerlo.
Un saludo
César (preparando Eurovespa 2009)


EUROVESPA 2004 – LISBOA (PORTUGAL). EL RENACIMIENTO


Este título tiene su explicación, lógicamente. Al final del relato puede que te quede claro. Este relato se escribe cuatro años después de haber sucedido.
Hay que contar algunas cosas antes de narrar lo que fue el viaje a Lisboa. Contar, por ejemplo, que mi primera moto había sido una Lambretta Li 150 (eso ya marca mucho...) que la siguiente fue mi querida y nunca bien ponderada, hasta ahora, 6000V (los que la conocen ya saben que es una Vespa 200 DN) con la que descubrí la magia y el veneno de viajar sobre dos ruedas. Que después de la 6000 vino el pase a la rueda grande (Guzzi 850) y que, en 1990 dejé de lado las dos ruedas para centrarme en los estudios y demás “cosas” serias. Esa sequía de dos ruedas duró demasiado. En Diciembre de 2003 finalizó esa larga marcha por el desierto que supuso no rodar en moto, no sentir todas esas cosas que sentimos los que sabemos de que va esto y no necesitamos contar ( mas que nada por que al final acaban sonando demasiado a tópico). Total que un buen día localizo una Vespa 200 con freno de disco, mezclador, arranque eléctrico, muy nueva, en muy buen estado y, de aquella, todavía, en muy buen precio. Evidentemente no tardo mas de lo necesario en decidirme. Al día siguiente salgo montado en ella a la calle. Curiosamente la sensación que tuve fue la de que no habían pasado mas que unos días desde la última vez que había montado y, sin embargo había pasado mas de una década. Un par de meses para despertar actitudes y aptitudes dormidas, que no olvidadas y, de nuevo el azar, me pone en las manos una antigua publicación en la que se hablaba del Eurovespa de Barcelona en 1986. Creo que lo leí veinte o treinta veces durante una semana. Conocía Eurovespa desde hacía años pero, hasta ese momento, lo había tenido enterrado en algún lugar profundo de la memoria. Y salió a la luz y, a partir de aquel momento, ya nada fue igual, hasta hoy y, esperemos que para siempre. De inmediato y, aprovechando los nuevos medios de búsqueda (internet) busco y encuentro información sobre el próximo Eurovespa y, sorpresa, se celebrará en Lisboa, cerca de casa, con lo que el viaje no debería ser demasiado problema (hay que recordar que llevaba años sin rodar sobre dos ruedas), en el mes de Julio de 2004 ( estamos, aproximadamente, en Febrero de ese mismo año). El subidón de adrenalina, vespalina, viajelina y otras sustancias fue indescriptible. Se inicia una frenética actividad, en horas libres, de búsqueda de información sobre alojamientos, que ruta seguir, que llevar, que revisar en la Vespa... Aquí aparece en estas historias mías de los viajes a Eurovespa, un grupo de gente que ha sido pieza fundamental en el buen desarrollo de todas estas aventurillas. Son los amigos de MotoMania que siempre nos han atendido estupendamente y nos han apoyado en todo lo que hemos hecho. Siguiendo con el hilo, el primer escollo con el que me encuentro es el de la inscripción. Siendo neófito en estas lides de asistencia a tan magno evento leo, en la página de la organización, Vespa Clube de Lisboa, que es condición indispensable para asistir ser miembro de un Vespa Club reconocido por la FIV (Federación Internacional Vespa, hoy extinta). Y yo no lo era. Hacía años recuerdo que había existido el Vespa Club de Vigo, incluso tengo alguna fotografía de mi primera Vespa con una pegatina del mismo. Busco y rebusco y localizo la dirección de dicho club. Curiosamente se trata de la misma dirección que el, por entonces, concesionario Vespa en Vigo. Les cuento mi problema y ellos no saben nada de cómo está actualmente el club ni de quien puede darme información. Con un cierto desanimo me pongo a buscar una solución que encuentro gracias al presidente del Vespa Club Torrelles, al que localizo en un conocido foro y que, después de conocer el caso me ofrece la solución. Su Vespa Club está reconocido por la FIV y él no tiene ningún problema en afiliarme. Así lo hago y se lo agradeceré por siempre. De esta forma puedo inscribirme en Eurovespa 2004 como único miembro asistente del Vespa Club Torrelles. Esto daría lugar a una curiosa anécdota. Se va acercando el día y los nervios y la ilusión se hacen cada vez mayores, a la vez, todo hay que decirlo, que la inquietud por el desenlace del viaje. Insisto en que hay que recordar que hace mas de una década que no viajo sobre dos ruedas y el tiempo nos da una perspectiva errónea de las cosas. En los años 80 la Vespa andaba bien por carretera general y se desenvolvía, mínimamente, por autopista (con sus limitaciones, claro). Ahora, iniciado el siglo XXI las cosas parecían haber cambiado. La Vespa seguía siendo la misma (bueno un poco mejorada) pero los que circulaban por las carreteras y autopistas no eran los automóviles y camiones de los 80. Los de ahora corrían mucho mas y la diferencia de velocidad con la Vespa era mas acusada lo que aumentaba la sensación de inseguridad. Lo bueno es que a todo se acostumbra uno y casi mejor dejar las autopistas para cuando sea estrictamente necesario. Volvamos al tema. Digamos que una semana antes de la partida, mas o menos por el 1 de Julio, tengo la inscripción hecha, la Vespa revisada, la tienda de campaña (gracias a Quique), el saco de dormir, la colchoneta y la cámara de fotos listos. Llega el día. Jueves 8 de Julio a las 8 de la mañana. Me lanzo a la aventura. La Vespa cargada que parece, la pobre, un caracol. Llevo media casa a cuestas (con el tiempo y los viajes vas dejando cada vez mas cosas en tierra). La idea es rodar, en principio por carretera general siempre que pueda y en el hipotético caso de algún incidente recurrir a mi primo que vive en Oporto para que me de alojamiento. Debo decir que la pobre Vespa (que en ese viaje se bautizó, con media botella de Oporto, como Lily Marlene), a partir de ahora Lily, había sufrido un agarrón de pistón hacía dos semanas e iba con pistón nuevo y cilindro repasado con lo que debía llevar un poco de cuidado. Hago la primera parada en Caminha para evaluar las primeras sensaciones, mías y de Lily. El resultado es favorable. Llevamos buen tiempo, buen tráfico, el motor va fino, voy cómodo y, además, no tengo prisa por llegar. Tengo todo un día para hacer 500 km. Ya no recuerdo hoy, exactamente, todos los pormenores del viaje pero si recuerdo haber llegado perfectamente a Oporto, haberme perdido, después en Aveiro, lo que me llevó a tomar la autopista y, a partir de aquí, aburrirme hasta la saciedad durante algunas horas a 80 por hora en la autopista camino de Lisboa. A las 5 de la tarde entro, emocionado, todo hay que decirlo y no hay que tener miedo a parecer cursi, las emociones existen, las tenemos y es bueno que las sintamos, expresemos y vivamos, entro en Lisboa y la sensación de felicidad y alegría que me invade es difícil de explicar. Si en ese momento hubiese finalizado el viaje ya lo habría dado por bueno. Pero que lejos estaba de saber que aquello no hacía mas que empezar e iba a ser el comienzo de una hermosa historia. Lo primero que decido hacer es dirigirme al parque cerrado que está situado en el entorno de la Torre de Belém. Ya por el camino, callejeando, voy notando el ambiente. Empiezas a ver muchas Vespas, solas o en grupos. Algunos automovilistas te saludan. Llego a Belém y algo estalla en mi cabeza. Lo que había leído sobre el Eurovespa de Barcelona en el 86 me había preparado, mas o menos, para aquello. Pero no del todo. Aquello era algo que superaba, con creces, cualquier cosa que yo hubiese imaginado (lo que vendría en años posteriores sería la confirmación de la belleza de este evento). Sinceramente estaba en el “cielo”. Aquello no era tocar la felicidad con la punta de los dedos, era agarrarla completamente.
Cuando me recupero tramito la inscripción y me uno a un grupo que va hacia el camping de Monsanto. Una vez allí monto la tienda (ya no recordaba como se hacía pero me quedó bastante resultona!!!), la “amueblo” y me siento a la fresca esperando a una hora prudencial para cenar en el propio camping y meterme en el saco. Pero mis planes cambiaron en un momento. Estando a la fresca ,como ya he dicho, se me acercó un “vecino” de parcela a saludarme, ver mi Vespa y charlar un ratillo. Bueno lo de charlar es un decir por que yo de italiano sabía lo justo y el bueno de Marcello, que así se llamaba y se llama, venía desde Cerdeña con su mujer Rita, su primo Silvio y sus amigos Filippo, Mirco y Nicola. Total que, en vez de cenar en el camping me fui con ellos a cenar pescado en el Bairro Alto de Lisboa y a beber unas cervezas aprovechando la magnífica temperatura que teníamos. No nos hemos separado desde aquel día. Nos hemos vuelto a ver en Klagenfurt, en Cagliari, en Turín, en San Marino, nos escribimos con frecuencia y seguiremos haciéndolo mientras no haya nada que nos lo impida, claro.
Los días siguientes del Eurovespa fueron de descubrimiento en descubrimiento, de emoción en emoción. Rodar, por primera vez, con otros 1500 vespistas, es algo que impacta. Recorrer las hermosas carreteras de Lisboa, Cascais, Estoril, Sintra, Cabo da Rocha, la hospitalidad natural de los portugueses... todo se alió para que de allí saliese un combinado perfecto. Aquello me abrió los ojos, me hizo ver que Vigo no debía seguir mas tiempo sin un Vespa Club. Allí empezó a gestarse el Club Scooter Clásico Vigo. Al mismo tiempo conocí a algunos componentes de los “Sexinite”, club de Vigo que yo no conocía y a los que traté durante un tiempo, manteniendo, todavía hoy, buen trato con ellos. La cena de gala del sábado se celebró en una nave del puerto de Lisboa bien acondicionada. La cena, las viandas y el vino, excelentes, la compañía inmejorable. Qué más se puede pedir?. La anécdota que comenté al principio sucedió durante la entrega de recuerdos a los participantes. Cuando me tocó subir al escenario a recoger el recuerdo en nombre del Vespa Club de Torrelles me encuentro con que el que me lo va a entregar es el presidente del Vespa Club de España y el hombre, que conocía a los componentes del VC Torrelles, me dice que yo no soy de ese Vespa Club, que no me conoce, que quien soy y me somete a una especie de tercer grado hasta que le aclaro la situación. Sin comentarios. Finalmente me hago con la bolsa de los recuerdos y en unión de mis amigos sardos nos dirigimos a completar la noche. Al salir del lugar de la cena bautizamos oficialmente a nuestras “niñas” con botellas de Oporto cedidas, generosamente, por los camareros que, tan magníficamente, habían servido la cena. Acabamos celebrando el Eurovespa en el Bairro Alto.
Al día siguiente, domingo, con un cierto malestar de cabeza, nos dirigimos al parque cerrado de Belém para participar en la gran parada por las calles de Lisboa que ponía punto y final a aquel hermoso evento y servía, al mismo tiempo, como muestra de agradecimiento al pueblo de Lisboa por su fantástico recibimiento, su amabilidad y generosidad con todos nosotros. Comimos en el recinto de la Expo ya planeando el viaje del siguiente año al Eurovespa 2005 en Klagenfurt (Austria).
Regresamos al camping de Monsanto, descansamos un poco y yo empiezo a recoger mi “chalecito” y a cargar a Lily, nuevamente, como a una burra. Ahora todavía peor ya que a todo lo que había traído tengo que sumarle los recuerdos que he comprado o me han dado.
Me despido de mis amigos sardos, siento que una parte de mi se queda con ellos, que todavía hoy sigue con ellos. La forma en que me recibieron, en que me acogieron, la tendré presente mientras viva. Gente como ellos no se encuentra todos los días.
Enfilo a las 5 de la tarde la carretera que me lleva hacia el Norte y me hago 500 km casi sin darme cuenta, absorto en saborear, digerir y disfrutar todo lo que había vivido durante los últimos cuatro días. En el viaje de vuelta ni me preocupé de si el pistón era nuevo ni de si el cilindro estaba recién bruñido. A las 12 de la noche estaba de vuelta en casa. Cansado, eso si. Tanto que esa noche Lily durmió fuera del garaje, en la calle. Ni ganas ni fuerzas tenía de bajar a guardarla.
Los siguientes días, meses y semanas fueron un continuo contar y volver a contar a familiares, amigos y conocidos lo que había significado aquel viaje. Creo que fui pesado, muy pesado, pero tenía que hacerlo. Estaba que desbordaba de alegría con lo que había vivido. Comencé a preparar el viaje del año siguiente. Austria ya no eran 500 km. Había que planificar mas cosas. Los cuatro días pasados en Lisboa mas las decenas de e-mails cruzados con los sardos me sirvieron para “perfeccionar” mi italiano, que me sería muy útil el siguiente año. Pero esa es una historia que podéis leer en el relato del 2005.
Serían tantas las personas a las que tendría que agradecer cosas que permitieron que este viaje llegase a buen fin que no tendría espacio para citarlos a todos. Así que daos por agradecidos.
Este fue el final de la “Edad oscura” sin dos ruedas y un motor y el comienzo del Renacimiento. Con todo lo que ello significa y que solo el iniciado entiende y aprecia.
Te vienes a Austria?
CÉSAR
Vespa GTS 300 Super ie de 2008 "Toscanina"
SOY "VESPISTA", NO "VESPERO"
http://10pulgadas.blogspot.com.es/"

"Si uno comienza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente".T. de Q.

[b]Hola, César. Saludos desde Colombia[/b]!
Leer estas líneas extasía a cualquiera que viva y disfrute la vida sobre una Vespa. Estoy de acuerdo en eso que sientes al llegar a Lisboa, es algo indescriptible y sólo se vive en cuerpo propio. Cuando he viajado por mi país he disfrutado esa sensación de placer. Gracias por esas magníficas líneas!.
SIEMPRE EN VESPA
DIEGO M.
PX 150-1995-NEGRA

"Si uno comienza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente".T. de Q.

Hola Cesar, me dejas pasmao :shock: con un solo eurovespa ( bueno, gorlgueydeys, je je ) a mis
espaldas, en el que nos conocimos, intentando programar el del 2009 y despues de leer tu relato, me
voy a esperar un rato a que se me bajen los pelos y la piel, que grande conocer la magia de viajar
en dos ruedas ( y en Vespa, sabemos que es mas especial aun ) y sobre todo las nuevas relacciones
que se hacen en estos viajes, y que has sabido transmitir tan cercanamente, quiero darte las gracias
por traspasar esas emociones tanto a mi, como a mas amigos que al leer tu relato nos haran hombres mas
sabios y mas valientes. Saludos amigo, espero cruzarme contigo muchas veces en la vida.

PD. El amigo Macello del relato, ¿ es el mismo que me presentaste en San Marino ?
ten un ten con ten, joío

Jod... Goyo a mi si que se me ha puesto la piel de gallina al leer tu respuesta. Bien sabes que con los "conocidos" con los que hemos viajado, me iría al fin del mundo en cualquier momento. Abrazos hermano y claro que espero que nos volvamos a cruzar.
El amigo Marcello, efectivamente, es quien tu dices.
Un saludo y a preparar ese Eurovespa del año que viene.
CÉSAR
Vespa GTS 300 Super ie de 2008 "Toscanina"
SOY "VESPISTA", NO "VESPERO"
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PX 125 T5 (lupita)
Lambretta LI-150 (la litrovino)

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Quien salva una vida, es un héroe; quien salva 3 es DONANTE.
Dona sangre, salva vidas ¡¡¡¡¡¡¡
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